... Arteriografía ...

A pesar de haber perdido mucho protagonismo, la arteriografía continúa siendo muy útil, fundamentalmente cuando las exploraciones previas han demostrado que el tumor, sea óseo o de partes blandas, está muy vascularizado, así como en los tumores que se sospecha son de partes blandas pero de estirpe vascular, como pueden ser los hemangiomas o las malformaciones arteriovenosas.

Debe ser realizada en las dos dimensiones ortogonales.

El cirujano ortopédico prefiere conocer el grado de vascularización del tumor, qué pedículos lo están nutriendo o qué grado de drenaje venoso anómalo posee. Todo ello se puede observar generalmente mediante técnicas de radiología intervencionista.

En definitiva, mediante este tipo de radiología se puede saber si existe invasión de los vasos, cuál es exactamente el lecho distal especialmente si se trata de extremidades, el grado de vascularización, el grado de compromiso vascular y los vasos que van a poder ser ligados durante la intervención del tumor así como los que van a intentar conservarse. A veces, constituye el medio más valioso para definir la situación anatómica del tumor en las porciones distales de la extremidad, mientras que para sus raíces proximales y en el esqueleto del tronco, el escáner es superior. No obstante, salvo indicaciones particulares, esta técnica ha sido ampliamente sustituida por la RNM.

Los tumores más frecuentes susceptibles de ser abordados con radiología intervencionista son: el condrosarcoma, liposarcoma, osteosarcoma, tumores de células gigantes y quiste óseo-aneurismático.